por Luciana Camuz Ligios*
Un yuyo subversivo Así definió Jorge Rulli, experto en desarrollo sustentable y uno de los fundadores del Grupo de Reflexión Rural que inició en la Argentina la lucha contra los transgénicos, a una planta que se atrevió a brotar y crecer en medio de un campo sembrado de soja transgénica en el documental “ Viaje a los pueblos fumigados”. Con su documental, el cineasta argentino Pino Solanas, llevó al mundo una dura realidad de la Argentina, pero también existente en todos aquellos países que en los años 90 pretendieron ser parte de una agricultura moderna, con sus tecnologías de punta y semillas resistentes a todo.
Este artículo aborda aspectos centrales tratados en la pieza audiovisual de Solanas, en una entrevista radial a académicas que trabajan en la temática y una entrevista realizada por la autora al integrante de un grupo civil organizado.
La zona del Gran Chaco se extiende en una frontera compartida entre Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, es un centro de desarrollo masivo de soja transgénica y de producción ganadera en feedlots.
La destrucción de ecosistemas vulnerables, como lo es la región del Chaco, con desmontes masivos para la siembra y el cultivo principalmente de soja, ha llevado a la degradación y pérdida sostenida del patrimonio y diversidad natural. Un uso extractivo y sin planificación de los recursos naturales ya se realizó antes en el país con la ganadería extensiva, la extracción forestal y de hidrocarburos, política de manejo de recursos que se ha intensificado en las últimas dos décadas. A esto se suma una agricultura a gran escala provocando el desplazamiento de la frontera agrícola hacia aquellos territorios antes declarados como no aptos para la producción. Las consecuencias de la agricultura a gran escala son los costos ambientales representados por la pérdida de biodiversidad y el deterioro del suelo, acompañados de costos sociales, como la migración rural-urbana debido a una agricultura unipersonal, caracterizado por requerir a 1 trabajador rural/peón para campos de enormes extensiones, cuyo manejo digitalizado de la agricultura permite el manejo de equipos mediante el uso del teléfono celular: como diría Rulli en el Viaje a los pueblos fumigados “un click y se siembra”. Este modelo transgénico representa asimismo el vaciamiento del “campo”(del territorio rural), sus pueblos, sus escuelas, para desarrollar una economía orientada a la exportación.
Este modelo puede ser denominado como “modelo transgénico” y consiste en una agricultura hacia los mercados internacionales y sin agricultores tradicionales. Funciona con los así llamados “pool de siembra”, grupos financieros que abarcan en su totalidad al circuito de un cultivo vegetal, en este caso de la soja: arrendamiento de miles de hectáreas de tierra, siembra de semillas híbridas, fumigación y cosecha, incluida aquí la venta de la producción agrícola para exportación. La fumigación de las semillas transgénicas con plaguicidas como el glifosato, no tienen insecto que las ataque, debilite o mate, ya que son resistentes a éste. La aplicación del glifosato se realiza en forma aérea, con maquinarias como el “mosquito” o la avioneta, dependiendo esto de las cientos o miles de hectáreas y el capital inversor.
La “revolución transgénica”, con sus semillas patentadas y comprables, llegó a Argentina en la década de 1990, de la mano de un gobierno nacional con plan neoliberal y privatizador, debilitador del Estado de bienestar en sus funciones, como se ve reflejado en el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), organismo estatal que dejó de cumplir su rol de servicio y apoyo a la persona agricultora, dejando de fomentar la selección y tenencia de semillas producidas individualmente.
La adquisición de tierras para el cultivo de soja u otra actividad agropecuaria se ha visto en varios casos acompañada de conflictos de tenencia de tierra con los pueblos originarios y campesinxs, siendo en muchas ocasiones desalojadxs bajo amenazas de muerte o asesinadxs como es el caso de Cristian Ferreyra, un integrante del MOCASE-Via Campesina, en la provincia de Santiago del Estero*; situación sobre la cual ya se publicó una entrevista al Movimiento Campesino en la edición número 2, de diciembre de 2014 de esta revista.
El uso indiscriminado de agrotóxicos para favorecer el desarrollo de la soja transgénica ha llevado a que familias y hasta pueblos enteros queden cercados por alambrados, provocando la situación de tener que elegir entre abandonar el lugar o soportar las maquinarias fumigadoras llenadas de glifosato y otros agroquímicos, que pasan por los cielos de escuelas rurales y sus patios con estudiantes, por los cursos de agua, por poblaciones rurales.
“Y llegó el día en que nos dimos cuenta que nos estábamos enfermando, que los niños nacían mal formados, que los abortos no deseados se frecuentaban,que el órgano más impactado de nuestro cuerpo -la piel – sufría y sufre las consecuencias de estas moléculas que quedan dando vuelta en el aire, el agua y el suelo.”(Viajes a los pueblos fumigados)
El aumento impactante de patologías como el cáncer en zonas rurales con poca población fue durante largo tiempo un fenómeno difícil de explicar, sin embargo las reacciones a la aplicación de plaguicidas son paulatinamente conocidas y estudiadas. Miles de casos en la Argentina y otras partes del mundo lo demuestran.
Tatu Carreta (Priodontes maximus) especie declarada como Vulnerable
por la IUCN Red List (2014) habitante de los típicos paisajes del
Gran Chaco. Autora Luciana Camuz Ligios, Agosto de 2015. Parque
Nacional Chaco, Argentina
En el documental de Solanas, una docente rural, sintiéndose impotente y desolada afirma que “en la fumigación no se respetan ni distancias ni la presencia de niños “ y que “nunca nadie ha tenido que pagar ninguna multa”, lo cual se podría deber a complicidades económicas y políticas que están a la hora del dia dentro de un negocio millonario.
Y así como el ya fallecido Dr. Andrés Carrasco, odiado y descalificado, había demostrado la presencia de malformaciones congénitas en embriones por el contacto con glifosato, la Dra. Vila Vázquez, en Córdoba, pediatra del servicio de neonatología, manifiesta en el documental que las patologías raras como las malformaciones, problemas dermatológicos, sanguíneos, respiratorios, etc, han ido en aumento y que estas se exacerban en los meses donde se realizan las fumigaciones en el campo y también en barrios de las ciudades. De ahí que nazca el activismo “barrios fumigados”. En Córdoba, en el barrio de Ituzaingó, existe una estadística contundente: “146 casos de cáncer en tan solo 2 manzanas”, esto declarado por las “madres de Ituzaingó”. Y a pesar de ello el uso de glifosato en la Argentina ha ido en aumento, siendo el país donde mayor se hace uso de este agrotóxico: en 2015 fueron 300 millones de litros de glifosato y para el 2017 ya eran más de 340 millones.
Cambiar este modelo de producción agrícola basado en la concentración de poder, implicaría un cambio de la modelo político, en donde pasemos a ser protagonistas y no meros expectantes del modelo, donde se regulen además los condicionados por las retenciones y su precio en el mercado internacional. Porque una cosa hay que tener en claro: todxs vivimos en mayor o menor medida de este modelo sojero que enferma, excluye y empobrece a muchxs y enriquece a pocxs.
Aún cuando en la campaña presidencial no hubo cabida para tematizar un cambio de modelo productivo agrícola, debido a la crisis económica o a la complicidad de los sectores económicos con los políticos, temas centrales como el cambio climático, que no puede ser visto más como una teoría, se siente en las inundaciones, en las altas temperaturas del verano, en las sequías. Estos cambios bruscos nos obligarán tarde o temprano a diseñar un proyecto de país que incluya en sus prioridades, importantes reivindicaciones como la soberanía alimentaria y la salud de la población.
Las condiciones están dadas para ello porque muchas personas a lo largo y ancho del territorio nacional se organizan, se informan, reflexionan, debaten y realizan asambleas para manifestarse en contra del modelo extractivista, como son las asambleas de vecinxs en contra de la minería a cielo abierto. Dentro de las organizaciones vecinales en lucha con las fumigaciones con agrotóxicos, la organización “ Vecinxs autoconvocadxs de Selva”, dialogó vía telefónica con la autora. Un integrante de la organización, quien vive justamente en Selva, localidad con más de 2500 habitantes, ubicada en el departamento Rivadavia, al sur de la provincia de Santiago del Estero, en el norte de la Argentina, informa que Selva forma parte de una región agrícola-ganadera, allí se han vivido en los últimos años cambios en el territorio, al destinarse tierras de producción ganadera para una producción agrícola, sojera y transgénica. Desde hace unos 4 o 5 años se empezó a observar, tanto en el hospital como en el Centro Sanitario Comunitario de la zona, un aumento de las consultas por enfermedades respiratorias como asma y de piel como enfermedades alérgicas, en coincidencia con la época de fumigaciones. Asimismo también una importante presencia de malformaciones, abortos espontáneos o pérdida de embarazos y la presencia de un número alto de fallecidos por cáncer. Todos estos hechos motivan a la movilización de los vecinos, quienes se agruparon en “Vecinos autoconvocadxs de Selva”.
La persona entrevistada cuenta que hasta hace algunos meses atrás siempre se fumigaron los campos a 2 cuadras de distancia de las casas (200 metros). Ya que los barrios se han extendido 2 cuadras más, lo que actualmente divide las casas del campo fumigado es una calle, o sea tan sólo 15 metros de distancia. Debido a esto lxs vecinos comenzaron a manifestarse. Y así también se comenzaron a divisar algunas correlaciones entre el poder económico y la política, ya que el presidente del Concejo Deliberante de la localidad es dueño de la única estación de servicio, de un campo muy cercano, a pocos metros del conurbano del pueblo, posee un “mosquito” y es dueño de un negocio de venta de agroquímicos. Muchos productores agropecuarios viven en Selva, lo cual implica una división del pueblo, habiendo también aquellxs que dependen económicamente del sector rural y expresan que el agroquímico (o sea glifosato, porque es lo más usado) “no hace nada y lo defienden a muerte porque toda la vida fumigaron”, porque “en vez de cortar el pasto echan un herbicida”. Estas son “prácticas agrícolas muy arraigadas y por lo tanto difíciles de modificar” a corto plazo, afirma el entrevistado de Vecinxs autoconvocadxs.
Por otro lado en una entrevista radial brindada por Valeria Ceirano, Gimena Garcia Batán y Virginia Toledo López, todas profesionales de diferentes disciplinas y pertenecientes a instituciones como la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) y el INTA comentan que a partir del trabajo interdisciplinario desarrollado dentro del marco del proyecto “Plan de Ordenamiento Territorial” se recolectaron muestras de agua de aljibe, cunetas, perforaciones; y los resultados de estas demostraron la presencia de residuos agroquímicos como glifosato, el más usado, pero también el DDT, entre otros.
Ante un escenario con fumigaciones, casuística alta de enfermedades, resultados de muestras positivas, “Vecinxs autoconvocadxs de Selva” consiguieron que se tratara en el Concejo Deliberante la prohibición de fumigación, osea la delimitación de las zonas de fumigación y así tener una zona libre de fumigación. El entrevistado informó que luego de transcurridas diversas rondas de discusión y sesiones, donde la organización planteaba la necesidad de una zona de 1500 metros de distancia libre de fumigaciones, en Agosto de este año, se aprobó la ordenanza municipal 370/2019 sobre la “Regulación del uso de fitosanitarios y equipos…”; donde la moción de 200 metros de exclusión y 500 metros de banda verde terrestre triunfó. Cabe señalar que la votación se definió con el voto del presidente del Concejo Deliberante, el mismo que poseé campos aledaños a la localidad, “mosquito” y vende agroquímicos. La otra propuesta de los 1500 metros fue el resultado del trabajo del equipo interdisciplinario UNSE-INTA con la comunidad de Selva y teniendo en cuenta las legislaciones de localidades cercanas, que ya habían conseguido una zona de entre 800 y 1200 metros libres de fumigaciones.
A pesar de no haber conseguido su objetivo, este grupo de activistas seguirá movilizándose, informando e informándose, como lo estaban haciendo al cierre de esta edición por medio de la “2° Jornada Socioambiental en Selva”, organizada por “Vecinxs autoconvocadxs”, “Proyecto de ordenamiento territorial de Selva (UNSE- INTA)”, “Grupo de ecología política (INDES-UNSE)”, por el bien de la salud humana, animal y vegetal.
Ya que las sociedades no se quedan quietas, atónitas y pasivas, han ido surgiendo también en la Argentina diferentes alternativas productivas, ecológicas que implican una ecoagricultura, agroecología, la chacra mixta, productores familiares, economía familiar, la Via Campesina y la lucha por la soberanía alimentaria.
FUENTES
Grupo de Vecinxs Autoconvocadxs de Selva
https://www.facebook.com/Vecinxs-Autoconvocadxs-de-Selva-462770450962903/
Radio universitaria 92.9 – Entrevista a Valeria Ceirano, Gimena Garcia Batán y Virginia Toledo López de la UNSE-INTA, programa radial del día 5 de Julio de 2019: “ Agrotóxicos en Selva. Agrotóxicos y fumigaciones en Selva, y un plan de Ordenamiento Territorial.”
https://www.facebook.com/radiouniversidadsde/videos/agrotóxicos-en-selvaagrotóxicos-y-fumigaciones-en-selva-y-un-plan-de-ordenamient/2511496592459664/ (visto el 26.11.2019)
Schmidt, Mariana Andrea & Toledo López, Virginia. Agronegocio (2018): Impactos ambientales y conflictos por el uso de agroquímicos en el norte argentino. Kavilando, ISSN-e 2027-2391, Vol. 10, Nº. 1, (Ejemplar dedicado a: Extractivismo, ecología política y resistencias en América Latina), págs. 162-179. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6662666 (visto el 26.11.2019)
Documental “Viaje a los pueblos fumigados” (2018): Dirección y guión: Fernando «Pino» Solanas. Argentina
https://www.youtube.com/watch?v=iZJSaO0IVOY (visto el 26.11.2019)
Marino, Damian (2019): Científicos de la UNLP advierten que el glifosato está en todos lados.Investiga. Actualizado el 06.10.2019 https://investiga.unlp.edu.ar/cienciaenaccion/cientificos-de-la-unlp-advierten-que-el-glifosato-esta-en-todos-lados-10058 (visto el 26.11.2019)
*Biografia: Luciana Camuz Ligios nació en Ushuaia, Tierra del Fuego (Argentina). Médica Veterinaria por la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, Austria y Master en Estudios Interdisciplinarios de Latinoamérica por la Universidad de Viena. Actualmente es coordinadora de estudios clínicos en cardiología en la Universidad de Medicina de Viena. Co-creadora y responsable de la sección Colibrí.