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Los cuadrados rojos, una movilización universitaria inédita.
Artículo coescrito por Karen Dueñas*
y Mariana Gonzalez Lutier**.
Todas las fotografías son propiedad intelectual de Karen Dueñas

El pasado 19 de noviembre, el primer ministro de Francia, Edouard Philippe presentó la nueva estrategia del gobierno francés para atraer a los estudiantes internacionales, llamada “Bienvenidos a Francia. Esta medida se propone reformar el funcionamiento y el espíritu universitario francés. Queremos aquí informarles del contenido del proyecto, de las consecuencias directas que tendrá sobre la universidad pública en Francia, de la movilización estudiantil que ha surgido en respuesta a este anuncio y las críticas que ha suscitado.
La estrategia de nueva atractividad para los estudiantes internacionales que presentó el primer ministro tiene tres ejes cuyo objetivo, según él, es el mejoramiento de las condiciones de los estudiantes que llegan cada año a las universidades francesas. Conjuntamente a la promesa de simplificar el sistema de demanda de visa y trámites para migrar a Francia y de triplicar el número de becas subvencionadas por el Estado francés, se encuentra también la decisión de dejar la tercera parte del costo de un año académico a las manos del estudiante.
Si bien la burocracia francesa necesita una modernización en cuanto a cuestiones administrativas y de visas, las últimas reformas legislativas en cuanto a la migración, fue un retroceso en cuanto a los derechos humanos de los refugiados que sean estudiantes o no. Esta nueva reforma presume atacarse a las otras categorías de migrantes. En la Ley Asilo e Inmigración se tomó también el pretexto de querer mejorar la burocracia y bajo tal excusa se creó mecanismos para aumentar el tiempo legal de retención de un demandante de asilo, para por ende echarlo del país. A estos procesos no se distingo los refugiados que venían a estudiar a Francia. La pregunta es entonces, cuáles serán las realidades de esa supuesta mejora de los trámites para llegar a Francia.
Además, el número de becas anunciado por el gobierno no cubrirá las demandas, ya que para el año 2020 se calcula que llegarán a Francia unos 500.000 estudiantes, el número de becas ofrecido es sin embargo de 21.000.
El mayor problema de esta nueva estrategia es la renuncia del Estado a financiar la educación superior francesa. Cuando Edouard Philippe explica que el Estado dejara que los estudiantes paguen un tercio del precio real de su formación, significa que los costos van a ser multiplicados por 15 para todo estudiante no perteneciente a la comunidad europea.
Actualmente un año de carrera cuesta 170€, un año de master 270€ y uno de doctorado 380€, y eso para cada estudiante, sin diferencia de origen, clase o sexo. El proyecto, que va a pasar por decreto y no por voto en el Parlamento, se propone en hacer pagar a – los estudiantes que no tienen papeles de identidad de un país miembro de la Unión Europea respectivamente 2770€ para un año de carrera y 3770€ para un año de master o doctorado.

El argumento que soporta este aumento es el de la atractividad. Para sustentarlo se toman ejemplos de sociedades cuyo acceso a la educación superior es ampliamente restrictivo, obligando a los estudiantes a contraer altas deudas para acceder a los títulos académicos que les permitirán entrar al mercado laboral. La atractividad en este caso significa incrementar los precios de las matrículas para que la gente no-europea venga a Francia con el único objetivo de estudiar. El movimiento estudiantil sustenta sin embargo que tal argumentación se basa en una perspectiva clasista y xenófoba del migrante. Clasista por no contemplar los costos elevados que implican la migración a un país europeo como Francia, desde los trámites de ingreso hasta la manutención, xenófoba o eurocentrista por ignorar la participación activa de los migrantes en los procesos económicos y sociales de la sociedad francesa, invisibilizando los roles fundamentales que ejercen y ubicándolos como depredadores del sistema social.
Si se implementa esta reforma, se crearán dos grupos de estudiantes dentro de las universidades públicas francesas, los estudiantes de la Unión Europea y los estudiantes que pueden pagar estas altas tasas, Dejando fuera de este sistema a quienes no poseen el musculo económico para financiarse.
La semana pasada la ministra de la educación superior de Francia Frédérique Vidal visitó la facultad de Nancy (una ciudad al este de Francia) y reafirmó su interés en ejecutar la reforma argumentando que el 45% de los estudiantes de proveniencia africana asisten a escuelas privadas cuando vienen a Francia por lo cual pagar la universidad pública en Francia no debería ser un problema.
Esta idea incurre en varios vacíos argumentativos, el primero de ellos es que no contempla al 55% de los estudiantes restantes. De otro lado pareciese ignorar las diferencias en el valor de las monedas de los países de África en relación con el Euro. Sin contar con que el sostenimiento de un estudiante en Francia no está únicamente dado por el pago de la matrícula, sino por los costos de alojamiento, transporte, alimentación, etc. Cuyos altos precios son bien conocidos, especialmente en ciudades como Paris.
El estilo estudiantil de los centros de estudios superiores franceses implica una alta demanda de tiempo para un desarrollo satisfactorio de las fases académicas, aun así, muchos estudiantes trabajan paralelamente para poder costear las actuales tarifas. El incremento de estas haría inviable esta forma de estudio.
Somos muy conscientes del costo que representa la educación para el Estado y aun así reclamamos la Universidad gratuita para todes, la educación es un derecho y además una inversión que significa qué modelo de sociedad decide tomar un país.
Es más, si realmente el gobierno quiere mejorar o mantener la influencia de Francia en el mundo no debe huir de sus responsabilidades. A parte, el argumento racista según el cual los estudiantes extranjeros aprovechan del sistema francés no funciona cuando analizamos las cifras. Al vivir y trabajar en el país, los estudiantes extranjeros aportan 1,6 mil millones al año.
¿Cuál es la respuesta del movimiento estudiantil?
Las respuestas de las comunidades estudiantiles han sido diversas y en diversos niveles. Ya se cuenta con 17 presidentas.es de universidades que se han declarado públicamente en contra de la medida y que no la aplicaran. Aun así, cuesta encontrar la unidad a nivel nacional. Faltan aun más de 50 universidades por tomar posición clara.
La movilización más pronta y continua ha sido aquella que ha articulado a los diversos estudiantes, los no-europeoscon los europeos y los mismos estudiantes franceses, quienes son conscientes de que esta medida hace parte de una sucesión de medidas que busca privatizar completamente la educación francesa siguiendo el modelo de la educación de libre mercado que establece la idea que el alto costo de los estudios es igual a calidad educativa. Acá se tejen redes fuertes de solidaridad y organización.

La movilización estudiantil retomó el símbolo del cuadrado rojo como emblema, históricamente viene de la lucha en Quebec en contra de la pauperización en el 2004 y del aumento de los costes universitarios en el 2012. Una de las novedades de esta movilización es la organización semanal de una asamblea Inter-facultades, esto implica una lucha que escapa a las divisiones tradicionales más cercana a los sindicatos. Lo que es menos inédito es la poca cobertura mediática por parte de los medios de comunicación masiva reflejando el poco interés que se le da a los desafíos sociales.
Actualmente se organizan acciones y asambleas en las universidades, como el IHEAL (Instituto de Altos Estudios de América Latina) donde el núcleo movilizado es muy activo. También está el colectivo ACIDES, un grupo interdisciplinario y crítico de las dinámicas de la enseñanza superior. Simultáneamente funciona como relevo de información acerca del movimiento y como actor activo que favorece al flujo de información analítica sobre la situación y fortaleciendo los medios de comunicación alternativos.
Por último, se ha iniciado la campaña Paye des Frais (Paga tu tarifa) donde estudiantes, docentes y profesores no nacidos en la unión europea cuentan sus trayectorias y las implicaciones de la reforma. Estas movilizaciones se desarrollan de momento en francés, aunque debido a las implicaciones internacionales de tal reforma, lentamente penetran y se difunden en otros espacios lingüísticos, como por ejemplo el español. Una recopilación de la trayectoria de la movilización se encuentra en la página : https://universiteouverte.org/ ( de momento únicamente en versión francesa).
Para finalizar, uno de los mayores desafíos en este proceso es informar y dar visibilidad a las movilizaciones en su contra, explicar sus implicaciones inmediatas y venideras, no únicamente para los estudiantes no europeos, sino las posibles consecuencias para los estudiantes franceses, unir fuerzas y desarrollar estrategias capaces de plantear espacios de reflexión y alteración del curso de esta reforma.
Esta es igualmente la intención de este artículo, contribuir con la cadena informativa de tales acontecimientos en otras latitudes. Les agradecemos su difusión.

“Que nos detengan que somos estudiantes,
venimos de todas partes,
y no nos pueden controlar” Canto estudiantil

*Karen Dueñas se graduó en cine en el 2010 en Colombia, se fue a Argentina para cursar una especialización de guion que acabo en el 2016. Radica ahora en Paris donde estudia las ciencias sociales en el IHEAL. Su materia prima son las letras. Actualmente cubre el movimiento de los Cuadrados Rojos.
** Mariana Gonzalez Lutier estudio historia dentro del marco del máster interdisciplinario de Estudios Latinoaméricanos del IHEAL-Paris 3 y del LAI- Universidad de Viena. En el 2019 se muda a Buenos Aires para entrar en doctorado. Hace parte del equipo creativo de ReveLA.
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Los cuadrados rojos, una movilización universitaria inédita.
Artículo coescrito por Karen Dueñas*
y Mariana Gonzalez Lutier**.
Todas las fotografías son propiedad intelectual de Karen Dueñas

El pasado 19 de noviembre, el primer ministro de Francia, Edouard Philippe presentó la nueva estrategia del gobierno francés para atraer a los estudiantes internacionales, llamada “Bienvenidos a Francia. Esta medida se propone reformar el funcionamiento y el espíritu universitario francés. Queremos aquí informarles del contenido del proyecto, de las consecuencias directas que tendrá sobre la universidad pública en Francia, de la movilización estudiantil que ha surgido en respuesta a este anuncio y las críticas que ha suscitado.
La estrategia de nueva atractividad para los estudiantes internacionales que presentó el primer ministro tiene tres ejes cuyo objetivo, según él, es el mejoramiento de las condiciones de los estudiantes que llegan cada año a las universidades francesas. Conjuntamente a la promesa de simplificar el sistema de demanda de visa y trámites para migrar a Francia y de triplicar el número de becas subvencionadas por el Estado francés, se encuentra también la decisión de dejar la tercera parte del costo de un año académico a las manos del estudiante.
Si bien la burocracia francesa necesita una modernización en cuanto a cuestiones administrativas y de visas, las últimas reformas legislativas en cuanto a la migración, fue un retroceso en cuanto a los derechos humanos de los refugiados que sean estudiantes o no. Esta nueva reforma presume atacarse a las otras categorías de migrantes. En la Ley Asilo e Inmigración se tomó también el pretexto de querer mejorar la burocracia y bajo tal excusa se creó mecanismos para aumentar el tiempo legal de retención de un demandante de asilo, para por ende echarlo del país. A estos procesos no se distingo los refugiados que venían a estudiar a Francia. La pregunta es entonces, cuáles serán las realidades de esa supuesta mejora de los trámites para llegar a Francia.
Además, el número de becas anunciado por el gobierno no cubrirá las demandas, ya que para el año 2020 se calcula que llegarán a Francia unos 500.000 estudiantes, el número de becas ofrecido es sin embargo de 21.000.
El mayor problema de esta nueva estrategia es la renuncia del Estado a financiar la educación superior francesa. Cuando Edouard Philippe explica que el Estado dejara que los estudiantes paguen un tercio del precio real de su formación, significa que los costos van a ser multiplicados por 15 para todo estudiante no perteneciente a la comunidad europea.
Actualmente un año de carrera cuesta 170€, un año de master 270€ y uno de doctorado 380€, y eso para cada estudiante, sin diferencia de origen, clase o sexo. El proyecto, que va a pasar por decreto y no por voto en el Parlamento, se propone en hacer pagar a – los estudiantes que no tienen papeles de identidad de un país miembro de la Unión Europea respectivamente 2770€ para un año de carrera y 3770€ para un año de master o doctorado.

El argumento que soporta este aumento es el de la atractividad. Para sustentarlo se toman ejemplos de sociedades cuyo acceso a la educación superior es ampliamente restrictivo, obligando a los estudiantes a contraer altas deudas para acceder a los títulos académicos que les permitirán entrar al mercado laboral. La atractividad en este caso significa incrementar los precios de las matrículas para que la gente no-europea venga a Francia con el único objetivo de estudiar. El movimiento estudiantil sustenta sin embargo que tal argumentación se basa en una perspectiva clasista y xenófoba del migrante. Clasista por no contemplar los costos elevados que implican la migración a un país europeo como Francia, desde los trámites de ingreso hasta la manutención, xenófoba o eurocentrista por ignorar la participación activa de los migrantes en los procesos económicos y sociales de la sociedad francesa, invisibilizando los roles fundamentales que ejercen y ubicándolos como depredadores del sistema social.
Si se implementa esta reforma, se crearán dos grupos de estudiantes dentro de las universidades públicas francesas, los estudiantes de la Unión Europea y los estudiantes que pueden pagar estas altas tasas, Dejando fuera de este sistema a quienes no poseen el musculo económico para financiarse.
La semana pasada la ministra de la educación superior de Francia Frédérique Vidal visitó la facultad de Nancy (una ciudad al este de Francia) y reafirmó su interés en ejecutar la reforma argumentando que el 45% de los estudiantes de proveniencia africana asisten a escuelas privadas cuando vienen a Francia por lo cual pagar la universidad pública en Francia no debería ser un problema.
Esta idea incurre en varios vacíos argumentativos, el primero de ellos es que no contempla al 55% de los estudiantes restantes. De otro lado pareciese ignorar las diferencias en el valor de las monedas de los países de África en relación con el Euro. Sin contar con que el sostenimiento de un estudiante en Francia no está únicamente dado por el pago de la matrícula, sino por los costos de alojamiento, transporte, alimentación, etc. Cuyos altos precios son bien conocidos, especialmente en ciudades como Paris.
El estilo estudiantil de los centros de estudios superiores franceses implica una alta demanda de tiempo para un desarrollo satisfactorio de las fases académicas, aun así, muchos estudiantes trabajan paralelamente para poder costear las actuales tarifas. El incremento de estas haría inviable esta forma de estudio.
Somos muy conscientes del costo que representa la educación para el Estado y aun así reclamamos la Universidad gratuita para todes, la educación es un derecho y además una inversión que significa qué modelo de sociedad decide tomar un país.
Es más, si realmente el gobierno quiere mejorar o mantener la influencia de Francia en el mundo no debe huir de sus responsabilidades. A parte, el argumento racista según el cual los estudiantes extranjeros aprovechan del sistema francés no funciona cuando analizamos las cifras. Al vivir y trabajar en el país, los estudiantes extranjeros aportan 1,6 mil millones al año.
¿Cuál es la respuesta del movimiento estudiantil?
Las respuestas de las comunidades estudiantiles han sido diversas y en diversos niveles. Ya se cuenta con 17 presidentas.es de universidades que se han declarado públicamente en contra de la medida y que no la aplicaran. Aun así, cuesta encontrar la unidad a nivel nacional. Faltan aun más de 50 universidades por tomar posición clara.
La movilización más pronta y continua ha sido aquella que ha articulado a los diversos estudiantes, los no-europeoscon los europeos y los mismos estudiantes franceses, quienes son conscientes de que esta medida hace parte de una sucesión de medidas que busca privatizar completamente la educación francesa siguiendo el modelo de la educación de libre mercado que establece la idea que el alto costo de los estudios es igual a calidad educativa. Acá se tejen redes fuertes de solidaridad y organización.

La movilización estudiantil retomó el símbolo del cuadrado rojo como emblema, históricamente viene de la lucha en Quebec en contra de la pauperización en el 2004 y del aumento de los costes universitarios en el 2012. Una de las novedades de esta movilización es la organización semanal de una asamblea Inter-facultades, esto implica una lucha que escapa a las divisiones tradicionales más cercana a los sindicatos. Lo que es menos inédito es la poca cobertura mediática por parte de los medios de comunicación masiva reflejando el poco interés que se le da a los desafíos sociales.
Actualmente se organizan acciones y asambleas en las universidades, como el IHEAL (Instituto de Altos Estudios de América Latina) donde el núcleo movilizado es muy activo. También está el colectivo ACIDES, un grupo interdisciplinario y crítico de las dinámicas de la enseñanza superior. Simultáneamente funciona como relevo de información acerca del movimiento y como actor activo que favorece al flujo de información analítica sobre la situación y fortaleciendo los medios de comunicación alternativos.
Por último, se ha iniciado la campaña Paye des Frais (Paga tu tarifa) donde estudiantes, docentes y profesores no nacidos en la unión europea cuentan sus trayectorias y las implicaciones de la reforma. Estas movilizaciones se desarrollan de momento en francés, aunque debido a las implicaciones internacionales de tal reforma, lentamente penetran y se difunden en otros espacios lingüísticos, como por ejemplo el español. Una recopilación de la trayectoria de la movilización se encuentra en la página : https://universiteouverte.org/ ( de momento únicamente en versión francesa).
Para finalizar, uno de los mayores desafíos en este proceso es informar y dar visibilidad a las movilizaciones en su contra, explicar sus implicaciones inmediatas y venideras, no únicamente para los estudiantes no europeos, sino las posibles consecuencias para los estudiantes franceses, unir fuerzas y desarrollar estrategias capaces de plantear espacios de reflexión y alteración del curso de esta reforma.
Esta es igualmente la intención de este artículo, contribuir con la cadena informativa de tales acontecimientos en otras latitudes. Les agradecemos su difusión.

“Que nos detengan que somos estudiantes,
venimos de todas partes,
y no nos pueden controlar” Canto estudiantil

*Karen Dueñas se graduó en cine en el 2010 en Colombia, se fue a Argentina para cursar una especialización de guion que acabo en el 2016. Radica ahora en Paris donde estudia las ciencias sociales en el IHEAL. Su materia prima son las letras. Actualmente cubre el movimiento de los Cuadrados Rojos.
** Mariana Gonzalez Lutier estudio historia dentro del marco del máster interdisciplinario de Estudios Latinoaméricanos del IHEAL-Paris 3 y del LAI- Universidad de Viena. En el 2019 se muda a Buenos Aires para entrar en doctorado. Hace parte del equipo creativo de ReveLA.
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