Edición #3Maestria

La Política Monetaria de Argentina y sus efectos en el mercado nacional durante el Kirchnerismo entre 2003 y 2013

[:es]Sermet Karschon[1]

La historia económica de Argentina está llena de intentos y ejemplos de diversas políticas monetarias que deberían lidiar con constelaciones económicas y políticas complicadas. A partir de 1976 y bajo el régimen dictatorial de la Junta Militar empezó un nuevo discurso neoliberal en la escenario político argentino empujado también por la circunstancias internacionales que favorecían el préstamo a países como Argentina. Al volver la democracia en Argentina en 1983, el país ya se había hundido en la deuda externa y el peso argentino se  deprecio considerablemente  (considerablemente leería mejor) frente al dólar.

El gobierno democrático de Raúl Alfonsín intentó manejar la recesión económica y la estallante deuda pública a través del Plan Austral. Este plan económico incluyó varias medidas, tales como la introducción  de una moneda nueva para reemplazar el peso argentino devaluado y para mantener un tipo de cambio fijo con el dólar como medida para estabilizar la economía. Este plan no logró reanimar a la economía argentina a largo plazo y desembocó en una nueva crisis en 1988, cuando el país anunció la moratoria por falta de divisa para el reembolso de sus deudas y sus intereses.De esta manera, el segundo mandato de Alfonsín concluyó con hiperinflación histórica y recesión económica en 1989.

Carlos Menem asumió la presidencia de la república argentina en 1989 y empezó una nueva época de políticas neoliberales alentadas por el Washington Consensus y las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que  distinguieron la década de los 90 del continente latinoamericano. Argentina logró dentro este marco internacional formar una excepcional política monetaria, conocida como el plan de convertibilidad. Esta política ponía el peso argentino a la par con el dólar estadounidense,   e introducía diversas olas de privatizaciones de empresas estatales y medidas de liberación y desregulación del mercado. Como es bien conocido a nivel internacional, este plan desembocó en la histórica crisis financiera de 2001 en Argentina resultando en altas tasas de desempleo, FUGA de capitales  y recesión económica marcada por la hiperinflación.

Néstor Kirchner llegó al poder con un discurso político que se alejaba del Menemismo. El neo-desarrolismo tiene como objetivos controlar la inflación y establecer un tipo de cambio real competitivo y estable (TCRCE) para el peso argentino con el cual el estado tiene un rol activo en el desarrollo económico del país. Dicha política era una continuación del manejo de la crisis económica y de la reactivación de la economía argentina después de la crisis financiera en 2001 por el gobierno provisional del Presidente Duhalde. Como consecuencia de esto, se devaluó el peso argentino intencionalmente para promover las exportaciones y la industria local. Al mismo tiempo, se perseguía una política monetaria expansiva basada en tasas de interés bajas para reactivar la demanda nacional, las cuales fueron acompañadas por los históricamente altos precios internacionales de los Commodities. El activo rol del Estado bajo el gobierno de Néstor Kirchner se manifestó a través de la austeridad fiscal y los acuerdos de precios con el sector privado. Por otra parte, las negociaciones exitosas de este gobierno con las organizaciones internacionales y los acreedores privados para reestructurar la deuda en Default, resaltaron el mandato el Néstor Kirchner.

El gobierno de Cristina Kirchner profundizó la política monetaria de su predecesor. Pero la economía argentina registró altas tasas de inflación a partir de 2007, la cuales fueron manipuladas sistemáticamente por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC). La política monetaria de este gobierno provocaba altas tasas de inflación a partir de la crisis financiera mundial de 2008. Así este gobierno dejó el objetivo de establecer un TCRCE y empezó a buscar un tipo de cambio nominal. Como consecuencia de ese cambio político se apreciaba el peso argentino en términos reales. Las estatizaciones de diversas empresas privadas, la utilización de las reservas del banco central argentino para cumplir con los deberes con el extranjero y la introducción de varios controles de capital a partir de 2011 eclipsaron las negociaciones exitosas para reestructurar la deuda externa en 2010.

[1] Sermet Karshon ist ein Absolvent der FH Krems mit Schwerpunkt Exportorientiertes Management sowie des Master-Lehrgangs Lateinamerikanistik der Universität Wien. Im Rahmen seiner Masterarbeit analysierte die Geldpolitik Argentiniens unter der Regierungen von Néstor und Cristina Fernandez de Kirchner. Er lebte selbst in Argentinien im Jahr 2010 wo er bei einer NGO freiwillige Arbeit im Bereich der Armutsbekämpfung absolvierte[:de]Sermet Karschon[1]

La historia económica de Argentina está llena de intentos y ejemplos de diversas políticas monetarias que deberían lidiar con constelaciones económicas y políticas complicadas. A partir de 1976 y bajo el régimen dictatorial de la Junta Militar empezó un nuevo discurso neoliberal en la escenario político argentino empujado también por la circunstancias internacionales que favorecían el préstamo a países como Argentina. Al volver la democracia en Argentina en 1983, el país ya se había hundido en la deuda externa y el peso argentino se  deprecio considerablemente  (considerablemente leería mejor) frente al dólar.

El gobierno democrático de Raúl Alfonsín intentó manejar la recesión económica y la estallante deuda pública a través del Plan Austral. Este plan económico incluyó varias medidas, tales como la introducción  de una moneda nueva para reemplazar el peso argentino devaluado y para mantener un tipo de cambio fijo con el dólar como medida para estabilizar la economía. Este plan no logró reanimar a la economía argentina a largo plazo y desembocó en una nueva crisis en 1988, cuando el país anunció la moratoria por falta de divisa para el reembolso de sus deudas y sus intereses.De esta manera, el segundo mandato de Alfonsín concluyó con hiperinflación histórica y recesión económica en 1989.

Carlos Menem asumió la presidencia de la república argentina en 1989 y empezó una nueva época de políticas neoliberales alentadas por el Washington Consensus y las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que  distinguieron la década de los 90 del continente latinoamericano. Argentina logró dentro este marco internacional formar una excepcional política monetaria, conocida como el plan de convertibilidad. Esta política ponía el peso argentino a la par con el dólar estadounidense,   e introducía diversas olas de privatizaciones de empresas estatales y medidas de liberación y desregulación del mercado. Como es bien conocido a nivel internacional, este plan desembocó en la histórica crisis financiera de 2001 en Argentina resultando en altas tasas de desempleo, FUGA de capitales   y recesión económica marcada por la hiperinflación.

Néstor Kirchner llegó al poder con un discurso político que se alejaba del Menemismo. El neo-desarrolismo tiene como objetivos controlar la inflación y establecer un tipo de cambio real competitivo y estable (TCRCE) para el peso argentino con el cual el estado tiene un rol activo en el desarrollo económico del país. Dicha política era una continuación del manejo de la crisis económica y de la reactivación de la economía argentina después de la crisis financiera en 2001 por el gobierno provisional del Presidente Duhalde. Como consecuencia de esto, se devaluó el peso argentino intencionalmente para promover las exportaciones y la industria local. Al mismo tiempo, se perseguía una política monetaria expansiva basada en tasas de interés bajas para reactivar la demanda nacional, las cuales fueron acompañadas por los históricamente altos precios internacionales de los Commodities. El activo rol del Estado bajo el gobierno de Néstor Kirchner se manifestó a través de la austeridad fiscal y los acuerdos de precios con el sector privado. Por otra parte, las negociaciones exitosas de este gobierno con las organizaciones internacionales y los acreedores privados para reestructurar la deuda en Default, resaltaron el mandato el Néstor Kirchner.

El gobierno de Cristina Kirchner profundizó la política monetaria de su predecesor. Pero la economía argentina registró altas tasas de inflación a partir de 2007, la cuales fueron manipuladas sistemáticamente por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC). La política monetaria de este gobierno provocaba altas tasas de inflación a partir de la crisis financiera mundial de 2008. Así este gobierno dejó el objetivo de establecer un TCRCE y empezó a buscar un tipo de cambio nominal. Como consecuencia de ese cambio político se apreciaba el peso argentino en términos reales. Las estatizaciones de diversas empresas privadas, la utilización de las reservas del banco central argentino para cumplir con los deberes con el extranjero y la introducción de varios controles de capital a partir de 2011 eclipsaron las negociaciones exitosas para reestructurar la deuda externa en 2010.

[1] Sermet Karshon ist ein Absolvent der FH Krems mit Schwerpunkt Exportorientiertes Management sowie des Master-Lehrgangs Lateinamerikanistik der Universität Wien. Im Rahmen seiner Masterarbeit analysierte die Geldpolitik Argentiniens unter der Regierungen von Néstor und Cristina Fernandez de Kirchner. Er lebte selbst in Argentinien im Jahr 2010 wo er bei einer NGO freiwillige Arbeit im Bereich der Armutsbekämpfung absolvierte[:]

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