El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, más conocido como El Sistema, ha demostrado a lo largo de 39 años que a través de la práctica musical se puede transformar un país. El gran éxito de este programa ha servido de inspiración para otros países, particularmente de América Latina, en donde se han empezado a crear proyectos similares. Dentro de sus metas, además de formar grandes músicos, se encuentra formar un espíritu solidario y una responsabilidad social, construir una cultura de paz, crear autoestima, esperanza, además de lograr un mejor país para todos los niños, niñas y jóvenes de Venezuela.
La orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, ahora Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, fue creada en el año 1975 por el músico y economista José Antonio Abreu, quien tenía el sueño de crear una orquesta para jóvenes talentosos de todo el territorio venezolano. Esta orquesta se puso en la mira de los jóvenes venezolanos de bajos recursos y del público en general, quienes empezaron a ser atraídos a ésta y a disfrutar del repertorio orquestal, tocando y luchando, como dice el lema de El Sistema, por una educación integral y un mejor futuro para todos.
La educación artística deja de ser monopolio de las minorías, para ser derecho cultural y social de todo el pueblo venezolano. Gracias al trabajo realizado por El Sistema, todos los niños y las niñas tienen pleno derecho a la formación y expresión artísticas, desde el preescolar y se enfatiza, la importancia de la pasión y la alegría al momento de hacer música. No hay ningún tipo de discriminación por procedencia, capacidad económica o incapacidades físicas o mentales.
Mediante su participación en las distintas agrupaciones musicales de El Sistema, el niño se vuelve un modelo para su comunidad, se vuelve importante y un orgullo para su familia e inmediatamente aspira a un mejor futuro individual y colectivo: se plantea nuevos sueños y metas, aprende a trabajar en equipo y a solidarizarse con su alrededor. Una orquesta o un coro, no sólo es un grupo, sino un equipo interdependiente, en el que cada miembro es responsable del grupo entero, y el grupo también es responsable de cada uno de sus miembros. La riqueza espiritual es la mejor herramienta para combatir la pobreza material; la educación musical o artística en los niños y niñas como modelo creador de un mejor futuro.
El 20 de febrero de 1979 fue establecida la Fundación del Estado para la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela, con el propósito de generar apoyo a la iniciativa musical y pedagógica, además de obtener el financiamiento requerido para la ejecución de programas de capacitación musical de la infancia. En el año 1996 fue constituida la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, FESNOJIV, con el propósito de promocionar y desarrollar todas las orquestas y coros de la fundación, así como para implementar programas de capacitación y formación de los integrantes de dichas agrupaciones. En el 2011, la fundación pasa a llamarse Fundación Musical Simón Bolívar (FundaMusical Bolívar), adscrita al Ministerio del Poder Popular del Despacho de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
Ocho gobiernos han apoyado y financiado hasta ahora la labor del maestro Abreu, quien explica esto de la siguiente manera: “Le dije a los políticos de Venezuela que había más costo-beneficio al invertir en prevención, que en luchar por los problemas que surgen por la necesidad social, el alcohol, las drogas, la marginalización y la violencia. Yo quería ofrecerle a los niños una alternativa”1. Este modelo pedagógico, artístico y social, constituye el programa de responsabilidad social de mayor impacto en la historia de Venezuela, por su consagración al rescate, prevención y capacitación de la infancia y la juventud.
El Sistema se conforma por núcleos o centros de formación que se reparten en las distintas ciudades y pueblos abarcando todos los estados del territorio venezolano, tejiendo una compleja red que actualmente cuenta con 24 orquestas estatales, 285 orquestas sinfónicas juveniles, infantiles y preinfantiles, cientos de coros, 30 ensambles profesionales, programas de educación especial y acoge en la actualidad a cerca de 400.000 niños, niñas y jóvenes provenientes en su gran mayoría de sectores de escasos recursos socioeconómicos. El Sistema ha generado además 5620 empleos directos entre los cuales se encuentran más de 4000 profesores2. Existen además talleres de Luthería, para fabricar los instrumentos de El Sistema que se les dan a los niños de forma gratuita y es además una buena oportunidad de empleo para los jóvenes instruidos en este arte.
Los alumnos de El Sistema no solamente estudian los compositores “clásicos” o académicos, sino también los exponentes de la música tradicional venezolana, con sus instrumentos típicos. Con este propósito nació en el 2006 el programa Alma Llanera, el cual congrega hoy a más de 800 estudiantes que se dedican al estudio y recuperación de instrumentos y ritmos propios de la región.
Dentro de su plan de inclusión social, El Sistema recibe a niños y jóvenes con necesidades educativas especiales y discapacidades físicas, sin ningún tipo de discriminación. El Coro de Manos Blancas hace parte del Programa de Educación Especial creado en 1995, que atiende a más de 1500 estudiantes de distintas edades en distintos estados de Venezuela mediante métodos y técnicas de la musicoterapia. Este programa incluye a niños con incapacidad auditiva, los cuales también participan en la actividad musical.
Gracias a la diversión que se deriva del aprendizaje y al refinamiento musical, que con el compromiso y la disciplina, llega a ser de un nivel profesional superior, los jóvenes tienen la posibilidad de competir en el campo internacional profesional con sobresalientes habilidades. Dos famosos casos son el contrabajista Edicson Ruiz y el director Gustavo Dudamel.
Muchos niños y niñas que hacen parte de El Sistema, además de provenir de familias humildes, viven en barrios marginales, donde son sometidos a situaciones de violencia, inseguridad, prostitución, drogas y peligro de exclusión social. El solo hecho de entrar al programa y recibir un instrumento puede no sólo cambiar la vida, sino incluso salvar la vida de muchos. Esto es lo que en El Sistema se denomina el milagro.
Este modelo pedagógico, artístico y social, constituye el programa de responsabilidad social de mayor impacto en la historia de Venezuela, por su consagración al rescate, prevención y capacitación de la infancia y la juventud. El proyecto cultiva las capacidades de sus estudiantes, ofreciéndoles nuevas oportunidades, pero que dependen de su propio esfuerzo y compromiso. Vemos como un proyecto que viene desde la cultura, se convierte en un proyecto social que lucha por la inclusión de los jóvenes en la sociedad, la búsqueda de una cultura de paz, el rescate de los grupos vulnerables, la prevención y la educación integral.
Notas
1) PIESCHACÓN RAPHAEL, Teresa. The Father of the System. Interview José Antonio Abreu. Leica fotografie international. El Sistema 2013. The Miracle of Venezuela. Special edition 2013, p.31
2) FESNIJOV, Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. Disponible en: http://www.fesnojiv.gob.ve (consultado en Julio de 2013)