(para ver versión completa, consultar edición #2, página 14-19)
Celebrar la muerte para estar conscientes de la vida, del tiempo limitado, de las cosas importantes en la vida, para recordar a los que ya se han ido, a las personas y antepasados que hicieron posible la vida de hoy. Estos son los ejes de la fiesta mexicana de El Día de los Muertos, de origen prehispánico que se mantiene hasta la actualidad.
Entre rituales, colores, bailes y flores se celebró el pasado 1ro de noviembre, la fiesta tradicional mexicana “El día de los Muertos” en el WUK (Werkstätten und Kulturhaus) y en el Weltmuseum Wien en la ciudad de Viena.
Esta tradición, que se celebra entre finales de octubre y comienzos de noviembre, forma parte, desde el 2003, de la lista del “Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad” de la UNESCO.

Ritual en el WUK
Una gran ofrenda de flores amarillas, con alimentos y adornos; pequeños altares con velas, fotos y cosas favoritas de los seres queridos que han fallecido, así como calaveras de chocolate daban la bienvenida a los participantes austríacos, mexicanos y latinoamericanos en general.
La antropóloga austríaca Gitti Rattay organizadora del evento, quién vivió en México 8 años para estudiar la medicina y filosofía tradicional mexica explica a los visitantes las costumbres, símbolos y significados de esta fiesta: “es una filosofía llena de vida y de emociones”. Según Rattay, la fiesta del Día de los muertos procede de la época prehispánica, teniendo su origen en la cultura Mexica, en náhuatl mēxihcah, que significa “el centro del mundo”. Posteriormente los mexicas fueron denominados por los conquistadores españoles como Aztecas, por provenir los Mexicas de Aztlán, “el lugar místico”.
Para la tradición mexica la muerte no representa el final, es más bien una transformación, “los Mexicas dicen: vivimos para estar felices, es decir estar satisfechos con lo que hay, con el ahora, el presente, por eso se celebra la muerte para estar conscientes de la vida”, enfatiza Rattay. “Celebrar la vida, honrar y agradecer a los difuntos en parte por todo lo que tengo hoy y por lo que hemos compartido, como, por ejemplo, el recuerdo de la abuela cocinando, contando historias para mí y mis hermanos”, agrega.
Los mexicas tuvieron ventenas en su calendario en lugar de meses, es decir que el mes duraba 20 días. Así había dos ventenas, donde celebraron los muertos: en la primera celebraban a los niños fallecidos y en la segunda a los adultos. Con la llegada de los españoles se sincretizaron las culturas y en lugar de hacerlo en dos ventenas lo hicieron en dos días. En México el primer día, 1ro de noviembre, está dedicado a los niños y el segundo día, 2 de noviembre, a los adultos.
La celebración en el WUK se inicia con la preparación de una gran ofrenda que se ubica en el centro del salón, sobre una base circular que se coloca directamente en el suelo. La ofrenda está dividida en cuatro cuartos. Y se divide nuevamente cada cuarto con nueve arcos de flores amarillas. Gitti nos cuenta que los cuatro colores de los cuartos de la ofrenda simbolizan el nahui ollin teotl, una base filosófica de los Mexikas. El blanco esta por quetzalcoatl, que significa el sentido de vivir, de usar el potencial que está en nosotros para estar felices, seguir adelante siempre, de dejar atrás el pasado que no sirve. El rojo es por Kamaxtletl, la curación, el amor a sí mismo, el aceptarse como soy. El color azul es por Huitzilopochtli, la fuerza de vivir los sueños y el negro es por Tezcatlipoca, la conciencia. Además nos comenta que hay nueve círculos por los nueve señores de la noche, siendo uno de éstos nuestro ser interno, nuestra esencia de veras, la cual hay que entender y vivir. El cuarto negro está abierto por el norte, porque el norte es el lugar del eterno reposo, a donde va la esencia energética de los muertos y desde allá vienen a visitarnos.
Luego de armar la gran ofrenda central, se continúa con la colocación de las ofrendas aportadas por los participantes: frutas, verduras, bebida y calaveras de chocolate. Cabe mencionar que en este ritual como en la etnia Mexica, el montaje de la ofrenda es aquí también una actividad colectiva, donde todos los presentes son llamados a participar.
Otra actividad especial que presenta la celebración del WUK es recordar la vida de una personalidad austríaca ya fallecida. Este año fue el turno del controvertido Karl Kraus. El sentido de esta actividad es, como nos dice Renate, una Voralbergerin residente en Viena, quien participa desde la primera vez , o sea hace 6 años: “Das was noch sehr schön ist, ist das immer an jemanden gedacht wird, den man irgendwie kennt, die lernt man näher kennen, und man überlegt sich oder interessiert sich auch für diesen Menschen. Und dadurch holen sich die Menschen auch einiges zum Leben. Man merkt schon wie wichtig es ist, das man schauen soll, das man was leistet im Leben. Auch selber eine wesentliche Beitrag zum Leben zu bringen und zwar zu sagen, ich bin jetzt am Leben, ich habe eine Aufgabe für dieses Leben und ich muss die Aufgabe irgendwie gerecht werden und das man sich immer wieder an das Leben erinnert. Und nicht immer jammern, sagen dass alles grauslich ist und überhaupt geht’s mir schlecht. Es ist total das Gegenteil davon, alles ist schön, es geht mir gut und ich freue mich zu leben.”
Karl Kraus
Karl Kraus (28 de abril de 1874 – 12 de junio de 1936) fue un eminente escritor y periodista austríaco, conocido como satírico, ensayista, aforista, dramaturgo y poeta. Considerado un escritor satírico de lengua alemana del siglo XX, es conocido sobre todo por su crítica ingeniosa de la prensa, la cultura, y la política alemana y austríaca, la cual publicó desde las páginas del periódico „Die Fackel“ (La antorcha) fundado por él mismo en la Viena de 1899. Kraus dirigió, publicó, y escribió en „Die Fackel” hasta su muerte en 1936.

Según la creencia mexica los difuntos regresan el primero de noviembre para visitar a su familia, por eso se preparan los altares individuales. Aunque en México, los altares de muertos se arman en la casa con algunos días de anticipación, aquí en el WUK, se preparan por una cuestión de tiempo el mismo día de la celebración y se desarman al final del evento. Los altares son montados por cada participante en mesas altas, dispuestas a los laterales de la sala y son adornados con algunas cosas predilectas de sus muertos, como la comida, la bebida, los dulces, la música. Además se los decora con flores amarillas, muchas velas y las fotos de los seres queridos a recordar.
Una mexicana presente en el WUK, Aurelia de Oaxaca, nos relata que en la región de donde ella proviene, la fiesta dura 3 días, comenzando el 31 de octubre con la decoración de la casa y el montaje del altar de muerto ubicado en unas mesas altas, y que éste permanece hasta el 2 de noviembre. En los altares no puede faltar agua bendita, gran cantidad de flores y velas que deben estar siempre prendidas. Las flores utilizadas para decorar los altares son las flores de Cempasúchil, estas son amarillas, grandes y con un olor rico, afirma Aurelia. Luego nos comparte que la tradición oaxaqueña dicta la preparación de una comida regional especial. El día 1ro y el 2 de noviembre, por la mañana la gente se va como en procesión, acompañados por la banda de música hasta el cementerio. “La gente lleva para el panteón ramos de flores, se llevan vajillas especiales, hechas para la ocasión o compradas especialmente para llevar al panteón. La gente se reúne antes de las 12 en el panteón porque luego, al mediodía viene la banda de música y se hace la misa”.
Mientras disfrutamos de esta celebración espiritual nos acercamos a conversar con Patricia, otra mexicana quién resalta „esta es la fiesta más importante de mi cultura y a pesar de los 26 años que llevo viviendo en Austria, continúo practicando todos los años el ritual de montar un altar en mi casa, ocasión que aprovecho para invitar a mis amigos y colegas a fin de mostrarles el símbolo de la luz. Patricia nos confiesa que es mitad azteca, su abuela era 100% azteca, de quien nos acerca una tradición indígena aprendida y que hoy sigue practicando: “Hago el rito del ayuno 2 o 3 días antes del día de muertos y el ayuno es para todo lo que quiero y lo que no quiero recibir”.
Asimismo, nos cuenta que ella lucha por quedarse con sus cosas, las más buenas de su cultura y no olvidar el origen, de donde uno es. “Estoy orgullosa de donde soy” dice. Por otra parte, declara: “la distancia permite otra valoración o una revaloración de las cosas, porque cuando estamos fuera de nuestro país, le agarramos más cariño a lo que conocimos, pero porque no lo tenemos. Es una cosa interesante que nos pasa a los que hemos tenido la oportunidad de salir”. A pesar de la emoción de Patricia por estar festejando esta tradición mexicana en territorio austríaco, nos comenta sobre el riesgo que puede darse con este tipo de fiestas, de que se vuelvan comerciales. “Se puede volver una producción cultural, un producto y perder la esencia de esta fiesta. La idea indígena de esta fiesta es que cada uno trae, coopera, participa en lo que quiere y comparte con los demás. Lamentablemente todo se puede comercializar pero hay cosas que no se pueden disfrutar” concluye.
Con la invitación a participar del banquete de la ofrenda se da por terminado este ritual.
Desde el 2009 la Asociación Austríaca Mexicas, coordinada por Gitti Rattay (www.gittirattay.net), organiza esta celebración de entrada libre y gratuita, en las instalaciones del WUK en Viena, principalmente con donaciones del grupo y de los participantes del evento del año anterior y a veces reciben el apoyo de la embajada de México.
Fiesta en el Weltmuseum Wien
El Weltmuseum Wien (Museo Etnológico de Viena) ubicado en Heldenplatz (la plaza de los héroes), en pleno centro de la ciudad, recibió a partir de las 19 horas, a cientos de vieneses, austríacos, latinoamericanos y amigos de la cultura mexicana para participar del „Mexikanische Totenfest in Österreich 2014“, organizado por Latinidade Austria y Pre-Columbus en cooperación con el Weltmuseum Wien, Comunidad Mexicana en Viena, Embajada y la Secretaría de Asuntos Exteriores de México.
La larga fila que llegaba hasta el Ring y el hecho de que después de una hora ya se había agotado la capacidad de personas que podían ingresar, evidencia la gran respuesta del público al evento.
Una fiesta de alegría y color, con asistentes disfrazados de catrinas, “calacas”, un gran altar principal y enormes piñatas colgadas del techo decoraban el gran salón. Stephani, colombiana de Ibagué vestida de Catrina expresó su alegría, “me siento feliz y acogida, pues estamos en Austria y es lindo que la gente latina nos reunamos para hacer este gran evento y que no lo olvidemos estando aún fuera de nuestros países”. Comentó que esta fiesta no la conocía de antes, pues en Colombia esta fecha no se celebra de esta manera.
Una calaca es una figura de una calavera o esqueleto (generalmente humano) usada comúnmente para decoración durante el festival del Día de los muertos, aunque son hechas durante todo el año. Sus orígenes, que pueden ser trazados desde la imaginería mexica. Las calacas usadas en el festival incluyen máscaras de esqueleto talladas, pequeñas figuras hechas de madera tallada o cerámica cocida y dulces con forma de calavera o esqueletos.
La Catrina, figura creada por el muralista José Guadalupe Posada, es un esqueleto vestido de mujer con un sombrero en un estilo colonial, que se ha convertido en el símbolo mexicano de la muerte. Diego Rivera la bautizó como tal.
“La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”
José Guadalupe Posada
(culturacolectiva.com)
El único panadero mexicano en Viena, Eduardo Rodrigo tuvo su participación en la fiesta con un puesto de venta de pan y bebidas calientes, al son de rancheras, cumbia mexicana y colombiana como música de fondo. Él nos confesó que había horneado tres noches seguidas y consiguió preparar 650 panes de tres tipos: concha de vainilla y concha de chocolate, muy tradicionales que se comen todos los días en México; y el pan de muerto. Este pan tiene entre otros ingredientes naranja y canela, únicamente se come en éstas fechas y aunque es una especialidad de la ciudad de México se come en general en todo el país. “La venta del pan de muerto es un éxito ya que todos los que vienen, indistintamente de la nacionalidad lo compran”, Eduardo añade sonriente “para los mexicanos el pan de concha de vainilla es el mejor y para los austríacos la concha de chocolate”.
Su satisfacción fue grande al ver la emoción de los mexicanos cuando veían los panes, así como la de los extranjeros.
Gregor un austríaco de Baja Austria nos comenta que es la primera vez que presencia la fiesta del día de los muertos, y se siente muy impresionado con los colores, la gente y la emoción que hay en el ambiente. “Es una fiesta particular por la presencia de músicos, como es el caso de Mariachis venidos desde Bratislava especialmente para la ocasión. ¡Los tacos, muy ricos!” agrega.
Así también desde Bratislava llegó Marlene, oriunda de ciudad de México, con su grupo de danza regional mexicana integrada mayormente por eslovacos para participar en esta fiesta junto con otros artistas y grupos de danza “a la gente le gusta el espectáculo que presentamos, lo aprecian. Es un evento que disfruto mucho, pues la gente se integra más rápido”. Para Marlene, el día de los muertos es un día, que además de revivir lo que se vive en México, es un evento donde se combinan las culturas, las tradiciones, “porque no es un evento totalmente mexicano, sino es un evento al público en general y para mi tiene mucho valor, podemos convivir entre mexicanos, austríacos y latinoamericanos para aprender algo de nuestro país y cultura, y mostrar una parte de ello”
Comentario
Las celebraciones tanto en el WUK como en el Weltmuseum constituyen espacios, donde interactúan personas de diferentes culturas, símbolos, rituales, tradiciones y creencias dentro de una lógica transcultural y nacional.
En este sentido, es interesante observar como las tradiciones se pueden redefinir en los diferentes espacios en una relación de intercambio entre lo local y lo global, en este caso la tradicional fiesta mexicana de “El Día de los muertos” se reconfigura en un contexto europeo. Los migrantes mexicanos residentes en Viena y otras partes de Austria y países vecinos, aprovechan este espacio para relacionarse con sus tradiciones en comunidad, no solo mexicana sino en una comunidad internacional, puesto que aquí se interrelacionan austriacos, mexicanos y latinoamericanos, quienes tienen de una u otra forma alguna conexión con la cultura mexicana.
La tradición es dinámica sostiene Gitti Rattay, así considera que este evento para celebrar a los muertos y la vida está abierto, “cada persona puede tomar lo que quiere, si una persona toma los cantos y bailes para acercarse a otra cultura, es una inspiración. Así nos acercamos más y con respeto a diferentes formas de pensar. Es muy importante aproximarse a rituales extraños para perder el miedo, pues los rituales son importantes en estados de nuestra vida que son difíciles, como por ejemplo, la muerte. Estos rituales pueden dar guías e inspiraciones a la gente”. Por tal motivo, resalta Rattay, “es bueno brindar impulsos nuevos y bonitos a las personas para que ellas tengan la oportunidad de escoger”.
Esta festividad que ha alcanzado un lugar en un espacio público fuera de sus fronteras, puede ser entendido en la dinámica de los movimientos transnacionales “esos procesos que los migrantes crean y sostienen, relaciones entre la sociedades de llegada y de origen, construyendo campos sociales que traspasan las fronteras geográficas, culturales y políticas”. Así como nos dice el autor Doña “las actividades en los espacios transnacionales comprenden una enorme gama de iniciativas culturales, políticas, económicas”. De esta manera la celebración es un puente entre sus dos culturas la de origen y la de llegada y a la vez un canal de difusión de sus tradiciones en un campo internacional.
Literatura
Doña , C (2004): Transnacionalismo y nuevas perspectivas de integración. URL: http://www.comminit.com/la/node/149995
http://culturacolectiva.com/origen-e-historia-de-la-catrina/#sthash.tEDheG2Q.dpuf
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/58912.nombran-patrimonio-de-la-humanidad-el-dia-de.html
http://www.medicinatradicionalmexicana.unam.mx/monografia.php?l=3&t=cempasúchil%20o%20flor%20de%20muerto&id=7343
http://www.mexicodesconocido.com.mx/la-flor-de-cempasuchitl.html
Entrevistas realizadas por Luciana Camuz Ligios y Fabiola Pinta Sarango en el WUK y Weltmuseum el 1ro de noviembre de 2014. Viena – Austria
Uns fehlen 43 / Nos faltan 43
También el pasado primero de noviembre, tanto en México como en otras partes del mundo donde residen mexicanos, fue un día para llamar la atención a la sociedad en general por la difícil situación que atraviesa la República mexicana desde hace varios años. La desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa es el último hecho cruento, que hizo reaccionar al pueblo mexicano. El Colectivo Acción Solidaria con México-Austria estuvo presente en la puerta de ingreso del Weltmuseum con pancartas y flyers, a fin de informar y concientizar a los participantes del evento sobre la importancia de la restitución del Estado de Derecho, de la paz, la igualdad y la justicia en México.